Bolilla negra para Binner

 

Binner (FAP) rechazó “hablar de límites” para sus alianzas políticas y se negó a “poner la bolilla negra” a ningún dirigente, lo que fue un giño a Mauricio Macri del PRO.

Para quienes no viven en la bota santafesina y aún ven a Binner como una “esperanza blanca” del progresismo esto puede sorprenderles. Pero en realidad es continuación de la política sostenida por el PS y Binner que gobiernan Rosario hace más de veinte años y Santa Fe desde hace cinco.

 El FPCyS, la versión local del FAP es uno de los pocos sobrevivientes de la vieja y odiada Alianza de Fernando De la Rúa y que Binner impulsó entusiasta. No está demás recordar que bajo ese sello gobernaba la ciudad de Rosario el 19 y 20 de diciembre mientras se declaraba el Estado de sitio y la Policía Santafesina asesinaba a nueve compañeros/as.

Pese a todo, la alianza con los radicales se ha mantenido intacta en Santa Fe ya que le garantiza una red territorial y de intendentes indispensables para su gobierno.

• Los “limites” tampoco existen para Binner a la hora de hablar del PDP del ex intendente de facto de Rosario, Alberto Natale. Esta fuerza, procesista más que progresista, aportó la candidatura de Carlos Favario, candidato a cuarto diputado en las listas del Frente en 2009. El PTS solicitó la impugnación de dicho candidato junto a la de Mercier del PJ que también fuera funcionario durante la dictadura. Ambas fueron denegadas.

• Tampoco encuentra “límites” Binner para convivir con la (in)Justicia santafesina con jueces puestos por la dictadura primero (o colaboradores como Laura Cosidoy) y por el reutemmismo después.

Ya en 2007 estos jueces cantaban provocadoramente la canción Resistiré, pero no hizo falta resistir mucho ya que Binner estableció un pacto de no agresión con el reutemmismo que garantizó que numerosas causas judiciales que cuestionan a políticos de toda insignia se encuentran paralizadas o fueran sobreseídas.

• Tanto en Rosario como en Santa Fe, el gobierno del FPCyS cuenta con minoría legislativa por lo cual debe acordar con distintas fuerzas para implementar sus políticas y se ve que no le ponen “bolilla negra” a nadie.

En Rosario, la intendenta Mónica Fein llegó a un acuerdo con el PRO para que el Consejo delegase poderes al ejecutivo y así implementar el nuevo aumento del boleto urbano de pasajeros hasta ser de los más caros del país ($3,25).

En la legislatura provincial se tejen acuerdos con el kirchnerismo para aprobar una reforma fiscal que hasta desde el punto de vista burgués es regresiva ya que las grandes patronales sojeras e industriales están exentas y mientras un patrón rural, arrendatario él, con tierras por un valor de 100 mil pesos paga $3,10 por mes de inmobiliario.

Tras las trabas impuestas por sus socios radicales, fue el Ministro de Economía Lorenzini quien mandó un instructivo para que los diputados K acompañen la reforma ansiada por Bonfatti.

 Si hay un acuerdo peor que los anteriores, es el que estableció el FPCyS con la Santafesina S.A. líder en gatillo fácil y organización delas redes de trata en el cordón norte del Gran Rosario y el interior de la provincia.

El crimen aún impune de Villa Moreno contra los tres compañeros del FPDS es la muestra más reciente de ello. Tras el asesinato de los compañeros saltó a la luz lo que ya era sabido. Sin embargo el PS y el FPCyS pusieron a la cabeza del Ministerio de Seguridad a un negociador partidario, Raúl Lamberto.

 Todo lo anterior es muestra suficiente del carácter de clase que tienen los “límites” y la falta de ellos en Binner y su coalición, pero si existía alguna duda, las erradican las propias patronales.

Tanto la FISFE (Federación Industrial de Santa Fe) como la Bolsa de Comercio son grandes beneficiadas por el modelo sojero, el boom de la construcción para unos pocos y las facilidades impositivas que otorga el gobierno como fiel continuidad de los 24 años de gobierno pejotista.

Pero si hay un sector mimado por el gobierno de Binner y sus seguidores, son las patronales agrarias. Ya en el conflicto por las retenciones se mostró como un fiel representante. Pero más recientemente, en la conmemoración de los 100 años de la Federación Agraria compartió el festín con burócratas sindicales, empresarios y políticos tan progresistas como el Momo Venegas, Biolcati y De Narváez.

Como se ve, Binner está lleno de “bolillas negras”.

Mientras tanto es más pertinente que nunca el debate en la vanguardia sindical y la izquierda local que se divide entre los K y Binner, como se ve en AMSAFE Rosario y la CTA, o en la propia FUR que apoyó la fiesta ruralista y comparte la conducción con sectores del PS.

La independencia política de los sectores patronales va de la mano de conquistar sindicatos sin burócratas y construir un partido de trabajadores sin patrones, para que la crisis la paguen los explotadores.

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